Debido a la Revolución
de la tecnología, poco apoco se fueron generando los periódicos virtuales, para
mas accesibilidad, mantener informados a las personas desde cualquier punto en
la tierra en que se encontrara, pero como todo tiene sus pros y sus contras,
este gran avance ha generado que los periódicos tradicionales estén pasando por
una gran crísis, ya que las personas prefieren acceder desde su computadora a
los periódicos virtuales, lo cual genera que las ventas del periódico tradicional
vallan decayendo poco a poco, y es como todo, cada acción tiene una
consecuencia, debido a las bajas ventas, las empresas de periódicos han tenido
que recortar personal, en lo cual se encuentran una gran cantidad de periodistas
que han perdido su empleo.
Aún no se sabe que
sucederá exactamente con este problema, pero sabemos que es difícil llevarlo,
ya que es una paradoja, mientras las grandes empresas de periódicos se van a la
quiebra, tienen más lectores dentro de sus mismas páginas de Internet.
Esperemos que este problema no avance y se pueda
resolver de una buena manera, ya que no podemos dejar a un lado el fascinante
mundo del periodismo de los medios impresos.
Experimentar
La mejor forma de probar cualquier cosa es usándola, el libro
electrónico no es la excepción, en medio de festejos por el Día del Libro (23
de abril) es importante conocer las diversas posturas que académicos
universitarios tienen sobre el uso de éstos.
"El libro es la invención intelectual más importante de la humanidad,
contiene todo tipo de lenguajes, matemático, esperanto, chino o mandarín, y es
la mejor forma de comunicarnos", aseguró Ricardo Berlanga del Instituto de
Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS), y usuario
asiduo de libros electrónicos.
Además señaló que el libro electrónico es sólo un tránsito tecnológico, los medios son desechables, lo importante es la transmisión y apropiación del conocimiento, lo que se ha logrado en la educación tradicional porque implica el uso tangible de los libros. En el caso de los libros en versión electrónica la posibilidad es otra, como la disponibilidad y la inmediatez.
Por su parte, Felipe Meneses, del Instituto de Matemáticas, destacó que existen estadísticas que indican que los alumnos usan poco los medios electrónicos en su aprendizaje: “Quizá haya instituciones como la UNAM donde se usen más, pero la mayoría recurre a los medios impresos, cuando lo hacen, ya que no tienen el hábito de la lectura”.
Además señaló que el libro electrónico es sólo un tránsito tecnológico, los medios son desechables, lo importante es la transmisión y apropiación del conocimiento, lo que se ha logrado en la educación tradicional porque implica el uso tangible de los libros. En el caso de los libros en versión electrónica la posibilidad es otra, como la disponibilidad y la inmediatez.
Por su parte, Felipe Meneses, del Instituto de Matemáticas, destacó que existen estadísticas que indican que los alumnos usan poco los medios electrónicos en su aprendizaje: “Quizá haya instituciones como la UNAM donde se usen más, pero la mayoría recurre a los medios impresos, cuando lo hacen, ya que no tienen el hábito de la lectura”.
De acuerdo con la revista Business Harvard Review, de enero de 2010,la
forma impresa es aún el mejor medio para transmitir las grandes ideas, además
Meneses señaló que hace falta hacer investigación empírica para conocer el uso
adecuado de los recursos electrónicos como del que se habla aquí.
Ana Meda, de la Facultad de Ciencias, señaló que en los
cursos de la entidad hay pocos libros disponibles por lo cual deben recurrir al
ciberespacio para localizarlos. “Pero al hacerlo nos enfrentamos a otro
problema: la piratería, tema que no puede soslayarse”. Sin embargo, los alumnos
han hecho de la búsqueda de textos en la red una de sus principales formas de
adquirir conocimiento.
El libro es un mediador del conocimiento,
pero el aspecto pedagógico debe permear todo el proceso. En cuanto al futuro
del libro electrónico, se menciona que es un apoyo a la docencia; además,
algunos libros electrónicos le permiten al docente desarrollar sus propias
actividades pero debe haber una capacitación sobre su uso, así como sobre
aspectos legales ya que muchas veces se desconoce el uso que se puede hacer de
las imágenes y videos, entre otros.
Actualmente, la palabra dejó de ser una letra grabada contra
una tablilla de arcilla, ahora la vemos representada de otra manera en una
combinación de códigos binarios. Papiros, pergaminos, hojas de papel de lino se
han quedado atrás, los cambios ocurridos sobre todo en la segunda mitad de este
siglo tecnológico han hecho cambiar las máquinas de escribir, la fotocopiadora,
las primeras computadoras, la impresora y todas las novedades para llevarnos a
una nueva dimensión de entender el alfabeto.
El libro tradicional –al llegar al final del
siglo– goza aún de buena salud. Incluso en los últimos años su venta subió en
una proporción excepcional de acuerdo con informes de editoriales.
Interesados en el tema sostienen que el avance de la
informática y la computación no sólo no han perjudicado al libro, sino que han
hecho aportes excepcionales a la industria editorial: se habla de más libros,
se fabrican mucho más rápido y a menores costos, se imprime el libro a medida
(sobre pedido) sin que su precio sufra alteraciones y se facilita el acceso a
la información bibliográfica y a la producción editorial de una manera
inimaginable hace tan solo algunos años. Resultaría una paradoja si
consideramos un detalle, los no lectores, el mayor enemigo del libro sea cual
sea su formato o presentación.
El libro ha sido llevado por la tecnología de la impresión
al ciberespacio la computadora y de ella a los usuarios, pero en ocasiones se
pasan por alto observaciones de edición que facilitan la lectura como que el
tamaño cómodo está comprendido en páginas con un máximo de 60 líneas de texto
(40 en promedio), y con un máximo de 80 caracteres (cuyo tamaño ideal es de 12
puntos), como límite. Por encima de esos valores el ojo debe reacomodarse para
completar la línea y comenzar la nueva. Este formato de diseño editorial
impreso cambia cuando se planifica para otro sistema de lectura como los
dispositivos electrónicos.
Lo anterior es más evidente si pensamos en el monitor de una
computadora portátil en la cual podemos ver que el campo se limita a no más de
20 líneas de lectura, con un cuerpo de letra cómodo. Además, la posición de la
cabeza, las manos, el movimiento de los ojos tienen mejor descanso con un
libro, que con una computadora. Sin embargo, aún existe una relación fuerte
entre la existencia de toda una cultura basada en libros con determinado
formato, y ello incide también en la opción de leer en otro soporte.
El Dilema
Un factor a considerar en el dilema del libro impreso o electrónico, es el factor ecológico, en algunos sectores se ha sumado en contra de editar
libros en papel. Es conocido que los árboles son los que aportan la materia
prima, en ese sentido la computadora o los dispositivos como el Kindle
(dispositivo portátil de lectura electrónica) pueden competir con el papel e
incluso desplazarlo, pero ¿qué pasa con la contaminación por el uso de la
computadora o de la chatarra de equipos electrónicos?
Sin embargo, en detrimento de lo anterior valdría la pena
saber que un porcentaje elevado del costo de un libro se reparte entre
distribuidores y minoristas (aproximadamente 50 por ciento), existen cantidades
de libros que son devueltos al no ser vendidos, para ser remarcados, ofrecidos
como saldos, destruidos y/o reciclados.
Durante el proceso de edición existe un riesgo potencial de
no concluir el proyecto, además de todos los costos que implica producirlo, una
forma de mantener los gastos limitados, es mantener el formato usado en la
preproducción, es decir, no tener que rediseñar para cambiar de soporte (un
ejemplo es el formato PDF).
Una cuestión más es el almacenamiento, sin lugar a dudas
este problema se soluciona con el soporte digital, al permitir la reducción del
espacio físico necesario para guardar cientos o miles de ejemplares.
Diversos son los factores que especialistas han planteado en
favor y en contra como los aspectos económicos, medio ambientales, por otro
lado algunos académicos nos recuerdan que la lectura digital no es la ideal
desde un punto de vista meramente de salud.
Algunos académicos mencionan que, una manera de presentar un
libro en formato electrónico, es la versión sólo texto. Para ello bastará con
copiar el material en cualquier procesador de texto, o dictarlo a una
computadora que tenga software de reconocimiento de voz o escanearlo. Así, se
obtiene un texto puro, al que sólo se le deben agregar ciertos detalles para
hacerlo visualmente más agradable, respetando cierta distribución en el espacio
físico que ahora se llamará pantalla o visor.
A pesar de todo, el libro avanza y avanza bien, las visiones
de extinción caben en ciertos sectores pero en otros es imposible imaginar un
mundo sin papel, lo cierto es que cada vez más parece ser aceptada la visión de
una sana convivencia de ambos formatos en un mismo espacio, el actual.
Ante la evolución digital y la severa crisis económica, los
contenidos editoriales (revistas y periódicos) están optando por nuevas formas
de distribución, algunas son los teléfonos celulares, el Internet y los
e-readers (aparatos para leer contenidos de manera digital) como el Kindle de
la empresa de comercio electrónico Amazon y el iPad pero, ¿la digitalización y el uso del Internet acabará con la industria del
papel?
En México, las personas suelen estar expuestas casi 17 horas
diariamente a medios masivos de comunicación, en los cuales la prensa escrita
(diarios y revistas) concentra alrededor de tres horas, asegura un estudio de
la empresa de consultoría de medios, Ibope AGB México.
Sin embargo, la concentración del tiempo en esos medios no
es suficiente para hacer crecer la publicidad y la inversión, ya que las
inserciones publicitarias en la prensa bajaron un 12.5% y las de las revistas
disminuyeron un 18.4% en el 2009, comparadas con 2008.
Tan solo la publicidad en la web creció un 24% más en 2009
con respecto al año anterior, equivalente a unos 2,345 millones de pesos,
señaló el Interactive Advertising Bureau (IAB).