viernes, 22 de marzo de 2013

ETAPAS DEL PROCESO CREATIVO

Introducción

Existe un concepto equivocado de la creatividad. Pensamos que esas ráfagas de inspiración vienen y se van, y que las personas somos propensas a tener buenas ideas o ideas poco creativas. No es del todo cierto, al menos, no del todo.

Los procesos que nos llevan a que surjan esas ideas debemos generarlos de forma intencionada. La creatividad es, ante todo, un proceso en el que intervienen una serie de factores y de conocimientos aplicados a una especialidad.

El proceso creativo no es necesariamente lineal e iremos saltando de un paso a otro según vaya evolucionando nuestra idea.

El bloqueo creativo ocurre cuando uno intenta saltárselos y llegar al punto 4 sin dar al resto el tiempo y la oportunidad de trabajar.


Búsqueda y recopilación de información

Analizar a fondo el tema. Cuando comienzas cualquier proyecto en donde debes ser creativo, lo primero que debes hacer es buscar toda la información que puedas conseguir sobre ese tema. Lee, hazte preguntas, explora y averigua todo lo que puedas. La clave aquí es mirar de todo y no enfocarse en nada. Consigue una visión global de todo el panorama y deja los detalles para después. Un buen sistema para la “inspiración” es el llamado brainstorming o lluvia de ideas.


Transformación de la información en ideas

El paso siguiente es convertir toda esta información coleccionada en nuevas ideas.

Organiza todo lo que has coleccionado y extrae las ideas esenciales. Con la mezcla de todos estos datos, el objetivo será la inspiración que necesitas. Estas asociaciones producirán lo que conocemos como “elementos disparadores” (la manzana de Newton).

Deja trabajar al subconsciente. Si no llegan las ideas no desesperes, sigue ordenando y asociando conceptos, repasar el material recolectado y buscar otros ángulos de encarar el proyecto.

Inconscientemente nuestro cerebro trabajará (día y noche) y curiosamente, nos lanzará respuestas cuando dejemos de pensar conscientemente en el problema.


Evaluación de todas las ideas

De la cantidad surge la variedad y así la posibilidad de debatir la mejor manera de afrontar el proyecto.

Sólo cuando tengamos bastantes ideas para escoger es el momento de empezar a evaluar cuáles son las mejores. Te darás cuenta de que casi nunca es la primera que se nos vino a la cabeza.

Antes de ponerte a trabajar date un tiempo para reflexionar sobre la idea elegida y los pasos que harán que esa idea se haga realidad. Los ojos con los que miramos nuestro trabajo un día no son los mismos en otro.

Ejecución

Debes procurar que las fases del proceso creativo duren lo suficiente sin que te falten fuerzas luego para pasar a la producción. Desafortunadamente, dentro del campo profesional siempre tenemos un timming pisándonos los talones que no nos permiten esta clase de lujos.

Cambia de tareas para no saturarte y mantener la motivación y el campo de visión abierto.

Con frecuencia funciona tener varios proyectos en marcha; conforme lo inspirado que te encuentres, cada día iremos saltando de uno a otro a voluntad. Esto puede requerir más tiempo, pero da la posibilidad de comparar entre varias propuestas e incluso mezclarlas entre sí para mejor el mensaje o el producto que queremos promocionar.

Sin embargo, el proceso creativo no es tan lineal como cíclico o recurrente. El número de recurrencias a cada etapa del proceso depende de la profundidad y amplitud de la situación o problema que se aborda tanto como de la habilidad mental, conocimientos y personalidad de cada persona.