EL DILEMA

Un factor a considerar en el dilema del libro impreso o electrónico, es el factor ecológico, en algunos sectores se ha sumado en contra de editar libros en papel. Es conocido que los árboles son los que aportan la materia prima, en ese sentido la computadora o los dispositivos como el Kindle (dispositivo portátil de lectura electrónica) pueden competir con el papel e incluso desplazarlo, pero ¿qué pasa con la contaminación por el uso de la computadora o de la chatarra de equipos electrónicos?

Sin embargo, en detrimento de lo anterior valdría la pena saber que un porcentaje elevado del costo de un libro se reparte entre distribuidores y minoristas (aproximadamente 50 por ciento), existen cantidades de libros que son devueltos al no ser vendidos, para ser remarcados, ofrecidos como saldos, destruidos y/o reciclados.

Durante el proceso de edición existe un riesgo potencial de no concluir el proyecto, además de todos los costos que implica producirlo, una forma de mantener los gastos limitados, es mantener el formato usado en la preproducción, es decir, no tener que rediseñar para cambiar de soporte (un ejemplo es el formato PDF).

Una cuestión más es el almacenamiento, sin lugar a dudas este problema se soluciona con el soporte digital, al permitir la reducción del espacio físico necesario para guardar cientos o miles de ejemplares.

Diversos son los factores que especialistas han planteado en favor y en contra como los aspectos económicos, medio ambientales, por otro lado algunos académicos nos recuerdan que la lectura digital no es la ideal desde un punto de vista meramente de salud.

Algunos académicos mencionan que, una manera de presentar un libro en formato electrónico, es la versión sólo texto. Para ello bastará con copiar el material en cualquier procesador de texto, o dictarlo a una computadora que tenga software de reconocimiento de voz o escanearlo. Así, se obtiene un texto puro, al que sólo se le deben agregar ciertos detalles para hacerlo visualmente más agradable, respetando cierta distribución en el espacio físico que ahora se llamará pantalla o visor.

A pesar de todo, el libro avanza y avanza bien, las visiones de extinción caben en ciertos sectores pero en otros es imposible imaginar un mundo sin papel, lo cierto es que cada vez más parece ser aceptada la visión de una sana convivencia de ambos formatos en un mismo espacio, el actual.

Ante la evolución digital y la severa crisis económica, los contenidos editoriales (revistas y periódicos) están optando por nuevas formas de distribución, algunas son los teléfonos celulares, el Internet y los e-readers (aparatos para leer contenidos de manera digital) como el Kindle de la empresa de comercio electrónico Amazon y el iPad pero, ¿la digitalización y el uso del Internet acabará con la industria del papel?.

En México, las personas suelen estar expuestas casi 17 horas diariamente a medios masivos de comunicación, en los cuales la prensa escrita (diarios y revistas) concentra alrededor de tres horas, asegura un estudio de la empresa de consultoría de medios, Ibope AGB México.

Sin embargo, la concentración del tiempo en esos medios no es suficiente para hacer crecer la publicidad y la inversión, ya que las inserciones publicitarias en la prensa bajaron un 12.5% y las de las revistas disminuyeron un 18.4% en el 2009, comparadas con 2008.  

Tan solo la publicidad en la web creció un 24% más en 2009 con respecto al año anterior, equivalente a unos 2,345 millones de pesos, señaló el Interactive Advertising Bureau (IAB).

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